Preparación y conservación del té

como preparar el te

¿Por qué es importante cuidar la preparación del té?

El té es un ingrediente delicado, hay infinidad de tipos de te, y cualquier cambio en su elaboración puede ser decisivo para el resultado final. 

Es un elemento natural y tiene un pequeño porcentaje de humedad que le permite conservar los aromas y ciertas propiedades. Para que se mantenga en óptimas condiciones y poder disfrutarlo en plenitud, es importante que no pierda (ni adquiera) más humedad durante su conservación y sobre todo, que no esté expuesto a la luz. Para mantener el té, lo más idóneo son los materiales opacos no porosos, como metal o porcelana, con cierre hermético.

El método de preparación de un té es tan importante como la variedad de té. Por ejemplo, un té negro puede prepararse para que tenga un sabor muy fuerte, o controlando la temperatura del agua o el tiempo de infusionado conseguir una bebida muy suave.

Qué tener en cuenta a la hora de preparar el té

  • Calidad del agua: Lo ideal es agua mineral. Las aguas duras contienen carbonatos de calcio y magnesio. El agua del grifo puede contener mucho cloro. Todo esto afecta al sabor de la infusión. 

  • Temperatura del agua: Cada variedad de té se desarrolla mejor a una temperatura determinada, pero lo más importante es que no lo hagamos con agua hirviendo que puede quemar las hojas de té. 

  • Cantidad de té: Por lo general, la cantidad adecuada es una cucharada de té por taza. Esto son entre 2 - 3 gramos de té por 200 ml de agua. 

  • Tiempo de infusionado: Cada variedad de té tiene asociados unos tiempos recomendados de infusionado. Es fundamental que durante este tiempo, las hojas tengan el espacio de expansión suficiente para que puedan liberar en el agua todo el sabor, aroma y propiedades que nos permita disfrutarla al máximo. 

Preparación de cada té 

Color

cucharadas/taza

Temperatura

Tiempo de infusión

Té blanco

2

75º

3’ - 5’

Té verde

1 - 2

75º - 85º

2’ - 3’

Té amarillo

1 - 2

75º - 85º

3’ - 4’

Té Oolong

1

90º

3’ - 5’

Té rojo

1

95º

4’

Té negro 

1

95º

3’ - 5’

Cantidad de té

Cuando se toma como referencia una cucharada de té por taza de agua, se habla de una cucharadita de café y una taza de té, que es más pequeña que la de desayuno. Así se consiguen unos 3 gr por cada 200 ml de agua. 

La cantidad de té por volumen de agua puede llevarnos a obtener un té demasiado amargo si usamos demasiada cantidad, o al contrario, darnos la sensación de que sólo estamos tomando agua caliente coloreada si nos quedamos cortos. Por eso es tan importante medir las cantidades adecuadas. 

Los tés menos procesados, como los blancos o los verdes, en los que se puede ver la hoja, son más voluminosos y es necesario un mayor aporte para llegar a los 3 gramos por taza. 

Cuando queremos preparar una tetera, debemos tener en cuenta su volumen. Lo más habitual es encontrar teteras de 0,5 litros, 0,8 litros o 1 litro. 

No obstante, una vez te has familiarizado con el sabor del té y las cantidades de té y agua, lo adecuado será lo que tú decidas en función de tus gustos. Lo ideal es lo que más te haga disfrutar a ti, más allá de las pautas generales que se pueden ofrecer. 

preparar un buen te

Otros usos del té

Además de para hacer una infusión reconfortante, el té tiene muchísimos otros usos. Se pueden aprovechar sus cualidades antioxidantes, colorantes, energizantes y calmantes de otras maneras distintas a preparar una tetera y beber. 

El ejemplo más típico de uso alternativo del té suele ser el de teñir papel en algún tipo de manualidad en que se pretende envejecer papel (para simular una carta antigua o el descubrimiento de un mapa pirata del tesoro en un juego infantil). 

Otro ejemplo que se puede leer, es la eliminación de olores con bolsitas de té. En un cajón, o en un armario, colocar unas bolsitas de té ayuda a que los malos olores se absorban y dejan una fragancia agradable. 

Nosotros te recomendamos que la tinción de papel o la ambientación de armarios la pruebes con tés más regulares y no malgastes un té de calidad en quitar el olor de tus zapatos. 

Sin embargo, hay otros usos que no suponen un desperdicio de té, en los que puedes aprovechar sus propiedades y en que un té de calidad puede marcar la diferencia.

Te ponemos algunos ejemplos.

El té en la cocina

Uno de los primeros usos que se le dió al té fue como un ingrediente en la cocina. Aunque actualmente no es tan habitual, hay algunas preparaciones a las que aporta un sabor muy especial que no se puede conseguir con otro tipo de componentes.

Cuando se usa té para cocinar, se recomienda usar variedades de hojas enteras ya que conservan mejor los aromas que las hojas machacadas. 

  • El té blanco se puede usar para aromatizar verduras. 

  • El té verde y té rojo aportarán un toque frutal a cualquier plato. Se puede emplear en salteados de setas, guisos de pescado o de pollo, salteados de verduras, asados… En repostería se usa sobre todo el té verde, en bizcochos o para aligerar el chocolate. 

  • El té negro tiene un sabor más fuerte por lo que puede combinarse con sabores más contundentes como el del cerdo, la ternera o carne de caza. En los guisos y las sopas se suele utilizar en sustitución del vino tinto.

  • El té Lapsang Souchong, es un tipo de té negro ahumado que se ha secado sobre brasas de pino. Cuando se usa como condimento en la cocina, da un toque ahumado muy natural imposible de conseguir de otra manera en la cocina casera. Aporta profundidad a los platos, sin que haya un humo real. Para ello hay que infusionar las hojas de té para que se transfiera el aroma al líquido elemento, y posteriormente, impregnar con él la carne, el pescado o las verduras a las que queramos dar el toque ahumado.

el te para cocinar

El uso de té como medicina

El té se utiliza en la medicina tradicional china desde hace más de cinco mil años. Aunque en la actualidad la ciencia salva vidas y las enfermedades se tratan también allí con medicina moderna, el té se utiliza como remedio casero de pequeñas dolencias.

  • En la limpieza de heridas se usa como antiséptico. Si se trata de una herida infectada se puede realizar un empaste de hojas de té que se aplica directamente. 

  • Para el dolor de pies, el té negro tiene vitamina E que ayudará a aliviar los pies después de una dura caminata. Prepara un barreño de agua caliente al que añadir las hojas de té, cuando se haya oscurecido deja que tus pies descansen un rato dentro de la mezcla. 

  • El té negro es rico también en ácido tánico que ayuda a regenerar la piel. Por lo que es muy beneficioso en las quemaduras producidas por el sol. Si te has quemado la piel, empapa gasas en una infusión de té negro y aplícalas (frías) sobre la piel. 

  • El té verde puede ayudar a regular la producción de sebo en el cuero cabelludo. Si tienes molestias causadas por un pelo graso, prueba a realizar el último aclarado en tu ducha con una infusión de té verde y se verá más brillante. 

  • Un emplaste de té negro o de té verde puede utilizarse también para calmar las picaduras de insectos. 

  • Las propiedades antisépticas del té lo incluyen entre los remedios favoritos para los granitos producidos por el acné. Usar agua de infusión para la limpieza de la cara en la rutina de higiene diaria ayuda a conseguir una piel suave. 

  • Si se aplica sobre los ojos, el té verde ayuda a eliminar bolsas y ojeras ya que resta inflamación y mejora la circulación de la zona.

  • Ante el aviso de malestar de garganta, se recomienda también una infusión calentita para que la molestia no empeore. 

  • El té rojo Pu Erh se recomienda para las dolencias de estómago sobre todo si están relacionadas con el estrés, porque este té protege al cuerpo de las dos vertientes del problema, tanto a nivel físico como a nivel mental, regulando el ph gastrointestinal y relajando la mente. El estreñimiento se suele tratar con tés fermentados. 

Las propiedades del té se llevan utilizando miles de años. Es ahora que los estudios científicos van acreditando lo que la sabiduría popular conoce desde siempre. 

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Cómo preparar el mejor té helado

Con la llegada del verano no es necesario renunciar al té. El té helado es un refresco vigorizante y muy rico que te quitará las ganas de contaminarte el estómago con bebidas carbonatadas industriales. 

Para preparar el mejor té helado hay dos maneras: la clásica y la rápida.

  • El método clásico recomienda preparar una tetera de la forma habitual. Retirar el té del agua cuando pasen los minutos recomendados y dejar que se temple. Cuando haya llegado a temperatura ambiente, lo metemos en la nevera y lo dejamos enfriar. 

  • El método rápido consiste en preparar la tetera de siempre con la mitad de agua. Después de retirar las hojas de té, se añade hielo y ¡a disfrutar!

  • Método maceración en agua fria durante toda la noche. Una vez listo se retira y se puede meter en la nevera o agregar cubitos de hielo para tomarlo.

  • El té helado combina muy bien con frutas como cerezas y cáscaras de cítricos. Puedes incluir hierbas aromáticas frescas como menta, hierbabuena o albahaca. Para endulzar utiliza miel, leche de coco o sirope.

Algunas combinaciones clásicas para disfrutar del té en verano son: 

  • Té verde con piña y pepino.

  • Té negro con naranja y clavo de olor.

  • Té verde con limón y jengibre.

  • Té verde con menta y cerezas. 

  • Té negro especiado con leche de coco. 

Las posibilidades que ofrece el té como refresco son casi infinitas. Te invitamos a hacer tus propias mezclas y disfrutar de un refresco de autor, sin renunciar a todos los beneficios que ofrece la infusión más tradicional.