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Más que un tipo de té, Darjeeling podría considerarse una denominación de origen. Darjeeling es todo el té que se produce en una región cercana al Himalaya, al noreste de la India. Esta delimitación geográfica se ha comparado históricamente con el champán francés (como el vino espumoso elaborado en la región de Champaña), lo que unido a su excelente calidad, ha venido a declarar al Darjeeling el “champán de los tés”.
El clima que se da en las colinas de esta zona, húmedo y soleado, en una altitud de 600 a 2000 metros, aporta al té Darjeeling un sabor intenso y floral muy característico que no se parece a los producidos en otros lugares.
Generalmente se asocia al té negro, pero podemos encontrar también té Darjeeling blanco, verde, y oolong.
El clima de esta zona crea cuatro periodos de cosecha y cultivo que dan al té características únicas. Se distinguen así tres tipos distintos de té Darjeeling:
En el año 1839 Archibald Campbell, un cirujano médico que trabajaba para la Compañía de las Indias Orientales, fue destinado a la región india de Darjeeling, donde introdujo semillas de camellia sinensis para comenzar una plantación experimental.
Eligió la variedad sinensis, que se diferencia de la camellia sinensis assamica en que sus hojas son más pequeñas y concentradas. La sinensis se adapta mejor a la altitud y clima de las laderas montañosas del Himalaya oriental, donde se ubican los jardines de té. Allí los inviernos son fríos y secos, y se ven afectados por el monzón entre julio y septiembre.
En ese momento histórico se estaban produciendo las Guerras del Opio entre China e Inglaterra, y los británicos buscaban una alternativa al suministro chino de té, así que intentaron cultivarlo ellos mismos en varias regiones de la India.
En el año 1866 ya había 39 jardines de té en Darjeeling, y rápidamente fueron ganando prestigio por su distinción y calidad, acrecentando también su comercialización en Europa.
En la actualidad, se distribuyen al año como Darjeeling 40.000 toneladas de té, siendo verdaderamente de la zona tan solo una cuarta parte. Esta variedad de té sólo puede ser producida en esta región del mundo en concreto y la Junta de Té India, administra una certificación y un logo que legitima la autenticidad del té.
El té Darjeeling, contiene una serie de propiedades similares al resto de tés.
Estas propiedades, así como el aroma y el sabor, se ven potenciadas en algunos casos por las condiciones particulares de cultivo. Su concentración dependerá también del tipo de té que estemos tratando (blanco, verde, oolong o negro), y de la época en que se haya realizado la cosecha.
Las propiedades del té Darjeeling, llevan asociados una serie de beneficios que hacen que cualquiera se plantee incluir al menos una taza en su rutina diaria.
Como ocurre con otras variedades de té, el té Darjeeling está contraindicado para los niños, las mujeres lactantes y las embarazadas por su contenido de teína.
En el caso de personas con deficiencia de hierro, se recomienda no tomarlo antes de las comidas, sino como bebida aislada porque puede dificultar la absorción de hierro.
Para disfrutar de la mejor taza de té Darjeeling debemos tener en cuenta de qué cosecha son nuestras hojas. Si estamos ante un té de primera o tercera cosecha (primavera u otoño), se trata de hojas más livianas que desprenden sus propiedades en unos tres minutos en el agua. El té cosechado en verano tiene más cuerpo y hay que dejarlo cuatro minutos de reposo.
En cualquiera de los casos, se recomienda usar de 10 a 12 gramos de té por litro de agua, preferiblemente blanda a unos 95ºC, nunca hirviendo pues podríamos quemar nuestro té.
Por las vitaminas y su acción bactericida, se usa el té como tónico facial, aliviando a la piel del aspecto cansado y pequeñas impurezas causantes de granitos.
El efecto quemagrasas de té Darjeeling lo hace un acompañamiento ideal para introducir en la dieta de cualquiera a quien le gusta cuidarse y sentirse bien.
Contribuye a conseguir una sensación de apacibilidad y relax, tan importantes para el bienestar general.